
Frédéric Malle ha tardado cinco años en convencer a su amigo Maurice Roucel de que debía compartir con el resto del mundo una esencia creada para él mismo en su laboratorio. “Había algo irresistible en ese olor”, afirma. Nieto e hijo de los fundadores de Perfumes de Christian Dior, sobrino del gran cineasta Louis Malle, lo de su familia siempre ha sido la excelencia. Y en su caso, la edición de clásicos contemporáneos para revivir la perfumería de lujo y los perfumes como obras de arte, liberados de la presión del marketing, los plazos y las cifras, con todo el protagonismo para los creadores. Aquello motivó el nacimiento de su editorial de perfumes, que lleva enriqueciendo 22 años.