
Inspirado en la belleza y los secretos del mundo oriental, Pierre Montale utiliza materias olfativas milenarias como rosa, incienso, ámbar, cedro y maderas preciosas para crear perfumes que evocan felicidad y amor. En medio de estas fragancias misteriosas, destaca el Oud, símbolo de las tradiciones orientales, siendo Montale su primer embajador en Occidente.